La vida de los peces, el cuarto largometraje de Matías Bize (En la cama), se centra en el reencuentro de una ex pareja tras 10 años sin verse.
El presupuesto es mayor, pero la estructura es la misma. La vida de los peces costó $ 300 millones, pero Matías Bize vuelve a contar una película en tiempo real. Tras sorprender con Sábado (2003), lograr éxito de taquilla con En la cama (2005) y rodar en Barcelona Lo bueno de llorar (2008), Matías Bize está por estrenar su nuevo largometraje, el tercero con Blanca Lewin como protagonista y con Santiago Cabrera (Héroes) como contraparte.
El filme se estrenará en abril con al menos 20 copias y tiene una sola locación: una casa en la que transcurre una fiesta y donde se reencuentra una ex pareja que no se ve hace 10 años. Bize está entusiasmado. "Siento que es mi mejor película", asegura. Y argumenta: "Hay un crecimiento con respecto a mis anteriores trabajos. Es más emocionante, rescato muchas cosas de En la cama y eso me tiene contento".
La cinta, que se rodó hace siete meses, cuenta la historia de Andrés (Cabrera), quien vuelve desde Berlín para atar cabos sueltos antes de seguir en su vida en Europa. Una fiesta con amigos de colegio lo hace reencontrarse con Beatriz (Lewin), un ex amor. Y entonces detona una suerte de crisis personal. "La idea es ver qué le sucede a ellos a partir de este encuentro y cómo Andrés se enfrenta con todo su mundo durante una noche", engloba Bize.
Cabrera asume acá su primera participación en una película chilena. Aunque nació en Venezuela, el actor es hijo de padres diplomáticos chilenos y vivió acá hasta que en enero de 2006 decide irse a probar suerte en Estados Unidos y participar un año después en la serie Héroes, de la cadena NBC. El dice que tuvo dos razones para estar en La vida de los peces: primero, acercarse a Chile. Y segundo, "porque me gustó el guión y conecté inmediatamente con el personaje", dice el actor, quien la semana pasada estuvo participando en el Festival de Lebu, presentando Che, el argentino, dirigido por Steven Soderbergh y donde actúa junto a Benicio del Toro y Catalina Sandino Moreno. Y agrega que "al mismo tiempo era un proyecto distinto, que no había hecho antes, es una película más íntima. No es la manera tradicional del cine de contar la historia, sino que esta historia transcurre en tiempo real, y esa parte me fascinó", dice el actor, quien desde años tiene en carpeta otra participación en la cinta de Jorge Olguín Caleuche, el llamado del mar, que el cineasta todavía no ha podido concretar.
COMODIDAD PARA TODOS
Cabrera dice que se sintió cómodo con el rodaje y añade que "con Blanca nos complementamos muy bien. En los ensayos estábamos muy cómodos. Ella es una tremenda actriz, generosa, alguien con la cual se puede trabajar libremente, porque se adapta a cualquier cosa".
Lewin, en tanto, devuelve los halagos: "Santiago es un gran compañero de escena y un muy buen actor. Eso es, sin duda, un estímulo a la hora de trabajar". Sobre sus razones para volver a trabajar con Bize, la actriz comenta que "la experiencia de participar en sus películas siempre me ha aportado mucho como actriz, desde distintos ángulos. Tenemos muy buena química, nos entendemos muy bien y eso facilita una enormidad el trabajo". De hecho, dice, "durante los rodajes Matías me habla muy poco. Creo que no es únicamente la química lo que nos hace sentir tan cómodos, sino que también la cantidad de años que llevamos trabajando juntos que ha permitido un gran conocimiento mutuo".