domingo, 20 de junio de 2010

La exitosa sociedad del cine chileno

Matías Bize y Blanca Lewin

UN RESFRíO AMIGO. La actriz Blanca Lewin está resfriadísima, se suena la nariz una y otra vez, y el director Matías Bize, a su lado, la mira con curiosidad. Ambos son amigos desde hace unos once años y en ese tiempo han sido testigos mutuos de los estragos a causa de resfríos, pañuelos y estornudos. Ahora Lewin y Bize se encuentran en un estudio fotográfico algo frío, que no ayuda a capear la baja temperatura otoñal de Santiago, y comienzan a dialogar sobre los alcances de "La vida de los peces", la quinta vez que trabajan juntos y la última posta que ha sido alabada por la crítica y que es, lejos, la mejor película local en cartelera.

Matías: "Te resfriaste mal, Blanca"

Blanca: "Sí. Lo peor de todo es que el otro día fui a ver a un médico y de lo mal que me vio me dio un remedio súper efectivo, pero que está pensado para las personas normales. Entonces, estaba yo en plena obra de teatro ('La casa de los espíritus') y se me seca la garganta así, en mala onda, y comienzo a toser y toser. Tuve que salir".

Matías: "No me digas...".

Blanca: "Menos mal que nadie conocía demasiado bien la historia (risas). Me salí un rato y me repuse. Después fui a otro doctor que sí sabe cómo somos los actores y me dio otra receta que me sirviera para no perder la voz ni toser así. Es que los actores somos de otra raza pues (risas)".

Y de acuerdo con Blanca Lewin, Matías Bize es de los pocos directores y personas que sí entienden a los actores de una manera correcta. A esa raza de artistas que necesitan una atención especial. Así por lo menos se desprende por los resultados de "La vida de los peces", una entrañable historia, como pocas del cine nacional, que muestra diálogos y escenas que se sienten reales, sin esa impostación que era pesadilla del cine local de antaño y con una factura e interpretaciones actorales fuera de serie.

Y todo este conjunto de cumplidos se anidan alrededor de una historia de amor nostálgica, fracturada y anclada en el pasado y que es llevada adelante gracias a las riendas de un atormentado treintañero, interpretado deslumbrantemente por Santiago Cabrera. Su rol es Andrés, un periodista chileno, soltero, residente en Berlín desde hace diez años y quien regresa a Chile directo al cumpleaños de uno de sus amigos, y allí, caminando en la típica casa en fiesta, en medio de amigos y gente de su pasado, quiere aclarar las cosas con su viejo amor de juventud, Bea, Beatriz, una también sólida Blanca Lewin, quien ha estado junto a Bize a lo largo de películas como "Sábado", de 2003; "En la cama" de 2005; y, claro, "La vida de los peces". Todos títulos premiados, reconocidos internacionalmente y que comparten como foco común los altos y bajos de las relaciones de parejas, hombres y mujeres envueltos en el traicionero juego del desamor, las cuotas de pasión ciega y más de un mal rato. Pero bajo la función de algo parecido a una musa de Bize, la actriz habla de cualquier cosa menos de desazón y sufrimiento al trabajar al lado de este joven cineasta.

Blanca: "Pero antes de seguir, ¿cómo es que entendemos el concepto de musa?".

Matías: "Claro, porque entiendo que musa es como si yo estuviera enamorado de la Blanca (incómodo) y escribiera las películas para ella, pero no es el caso".

Blanca: "Matías tiene otras musas inspiradoras (con picardía) y yo sólo estoy a cargo de interpretarlas, yo actúo esa mujer que sale en la película (risas)".

Matías: "Sí poh, yo con la Blanca somos amigos y ha sido notable que nos mantengamos trabajando en el tiempo...".

EL CABRO CHICO DE "SáBADO". Y todo este productivo trabajo empezó hace exactamente once años. El escenario es el siguiente. Blanca Lewin era una joven actriz de 24 años, en alza, popular, reconocida en la calle por su fama ganada gracias a papeles como el de la teleserie de TVN que más se veía en ese entonces, "La fiera", y entre sus oficios paralelos estaba trabajar en radio Rock & Pop. Un día de otoño de ese inolvidable 1999, un joven estudiante de cine la fue a visitar justamente a la radio para pedirle participar en un cortometraje para sus estudios en la Escuela de Cine de Chile.

Blanca: "Pero ese joven no era Matías. Era un cabro que decía ser primo por el lado de mi mamá. Me pasó el guión, que sí había escrito Matías y lo leí".

Matías: "Era mi primer cortometraje y José Palma, el primo de la Blanca y actual sonidista, me dice: 'Tengo una prima que actúa en teleseries'. Yo no cachaba a la Blanca, no veía teleseries, así que dije bacán, trabajemos con tu prima".

Blanca: "Nos conocimos en una época en que yo no decía que no a nada. Era la 'yes woman' y participé en cuanto cortometraje me invitaron. Demasiados y por malos que fueran. Bueno, entonces leí esta idea de Matías y me provocó mucha curiosidad porque no entendí el guión. Es decir, entendí cuál era la idea pero no caché cómo lo iba a hacer. Se trataba de una historia en tiempo real, en cinco minutos en la vida de una pareja donde se enamoraban, tenían un hijo, el hijo crecía y el padre se moría. ¡Todo en cinco minutos de tiempo real sin cambios, todo ahí mismo! y cuando lo veo para discutir la idea, pues era ver a un cabro chico. Ahora tienes 30 años, Matías, y te ves súper joven. Con 19 años te veías como un niño. Bueno, al final, hice el corto 'Carla & Max', pero hasta que no lo terminé no entendí lo que estábamos haciendo".

Matías: "Yo tampoco (risas). Trabajamos con el actor Felipe Ríos. Me ayudaste con el casting, ¿te acuerdas? y creo que fue el germen de todo lo que hicimos juntos después, 'Sábado', 'En la cama', con las restricciones de tiempo ('Sábado' ocurre durante una toma fija de 63 minutos, sin cortes, con una pareja a punto de casarse) y lugar ('En la cama' transcurre en la habitación de un motel). Y eso tenía que ver con una cosa de recursos porque teníamos sólo una lata de cine y dos días de rodaje. Para qué iba a hacer una historia con muchas locaciones si voy a perder tiempo y recursos ".

Y después de un segundo cortometraje juntos, "La gente está esperando", del año 2000, este tándem le dio el palo al gato con el filme "Sábado", una película filmada en tiempo real y con el actor Víctor Montero como un novio que anda desnudo por la calle cuando su prometida, con traje de novia y a momentos de casarse con él, lo manda al Diablo porque él había sido infiel.

Matías: "'Sábado' pudo haber salido mal, muy mal".

Blanca: "Era bien tirado de la mechas".

Matías: "No sabíamos qué iba a pasar, si la cámara se iba a cortar, si las tomas eran muy fomes, muy largas. Entonces fue muy bueno saber que me apoyabas, Blanca. Yo era un estudiante de cine que llegaba en bicicleta a la U, la Blanca Lewin era famosa. Eso me hizo enfrentar la pega de una manera súper profesional y obligarme a llegar súper preparado al set. Fue bueno para mí ese tiempo. Y sí, tenía nervios, el estrés normal siendo un estudiante de cine".

Blanca: "La adrenalina para estar más atento al rodaje. Hicimos varios ensayos en ´Sábado', yo andaba sin traje de novia ahí".

Matías: "Fue bueno eso porque lo hacíamos en la calle más sueltos".

Blanca: "Víctor Montero aparecía desnudo en la película, pero no andaba en pelota en los ensayos. Pero en el rodaje, cuando me gritaba en la calle desnudo, unos vecinos de tus papás alegaron y tus papás trataron de conversar con ellos para que no se metieran en la película".

"Si todos los accidentes de esa película servían. A esos vecinos los metimos dentro, y también cuando Blanca no podía abrocharse el cinturón de seguridad en medio de una pelea adentro de un auto. Todo servía (...) Pero para 'En la cama' fue todo más controlado. Y ahí agradecí, de nuevo, la confianza de Blanca".

Blanca: "A mí, guión que me pasan de Matías digo que sí altiro".

Matías: "Pero antes que nada hice mucho hincapié en que leyeras el guión de 'En la cama'. La Blanca es una persona muy pudorosa, no es que ande mostrando siempre y nada, de nuevo confiaste en mí".

Blanca: "Me dan ganas de ver el remake de 'En la cama' que hizo el español Julio Medem, llamado 'Habitación en Roma'. Pero no quiero ver ni por morbo el remake trucho que hicieron en Colombia".

Matías: "Fue un honor que Julio adaptara y le diera una nueva interpretación a 'En la...'. Creo que Medem es uno de los directores españoles que más admiro, lejos".

GRIPE DE AVIóN. Con una historia que reunía a dos amantes desconocidos en un motel, interpretados por Blanca Lewin y Gonzalo Valenzuela, la película 'En la cama' nuevamente hizo figurar a Bize y a su "musa" en los medalleros de festivales internacionales. Y eso provocó, irremediablemente, que el director pasara mucho tiempo arriba de un avión viajando a festivales. Ahí, justo entre salas de espera de aeropuertos y checks in se le comenzó a ocurrir la idea de escribir sobre un tipo como Andrés, el protagonista de "La vida de los peces", que anda errando por el mundo para escapar de su pasado y la sombra de su gran amor, Beatriz.

"Sabís, Matías, yo no quería hacer el personaje de Bea, quería hacer el de la Antonia (Zegers)", dice la actriz sobre uno de los roles secundarios notables de este filme: el de una amiga embarazada de su segundo hijo y que dice unos diálogos notables sobre la infidelidad en internet de su marido. Sigue Blanca: "Yo estaba ideal para se papel, recién había tenido a mi guagua y estaba gordita (risas). Pero me necesitabas y, obvio, dije que sí altiro".

Hay otra escena inolvidable en "La vida de los peces" y esa es cuando Andrés, encerrado con sus amigos de juventud se confiesan, masculinamente hablando, entre las cuatro paredes del baño de la casa anfitriona. Ahí queda claro que al director Matías Bize, la amistad lo mueve y que trata de cultivarla aun cuando sea un asunto duro de hacer con estos hiperquinéticos tiempos que corren. De hecho, Matías Bize siempre contesta que sus películas las hace para él y sus amigos, para nadie más.

En la actualidad, Matías Bize vive en Santiago y dejó los cielos para ubicarse en el país de nuevo, en su zona familiar y amigable que, como gran telón de fondo, tiene a la comuna Ñuñoa. El mundo de Bize, sus amigos, las sensibilidades y relaciones que cultiva son cruciales para él. Y sí, admite que es ultrarreservado, este hijo de padre y madre arquitectos, que de niño estuvo expuesto a la cultura, museos y películas de calidad. "No podría hacer otro tipo de películas, salvo estas que hago ahora y no podría trabajar con otras personas que no fueran mis amigos, como los del colegio San Juan, o de la Escuela de Cine. Necesito que me caigan bien y por eso, además de las obvias razones profesionales, es que trabajo con Blanca".

Matías: "Para mí trabajar juntos conserva la amistad. Veo a la Blanca y mis otros amigos que conservo de la Escuela de Cine porque trabajamos juntos. Cuando viajaba estaba 10 días en Chile y me iba. Donde nos encontrábamos con la Blanca era en los festivales. Y si hay una cosa que me conectaba con el personaje de Andrés, de 'La vida de los peces', era estar llegando para irse. Mis amigos me decían 'que la raja, estái en Sarajevo y después en La Habana'. Y si es la raja, no te podís quejar, pero...".

Blanca: "Pero estabai siempre enfermo".

Matías: "La gripe de avión, me daba y me daba (risas)".

Blanca: "Yo siempre llegaba a un festival y Matías me decía (pone voz ronca) 'anda tú a la rueda de prensa (risas), estoy mal, encerrado en el hotel, enfermo de resfriado'", dice y la alarma de un posible estornudo le recuerda a la actriz que ella misma es víctima de un resfrío que crece sano y fuerte durante este diálogo entre amigos.


Fuente: Mercurio