La actriz personifica a la atribulada escritora chilena en la cinta de Marcelo Ferrari. Aquí repasa las agitadas y agotadoras semanas de rodaje que retrata a la autora de La última niebla. Es el primer estreno chileno del 2012.
En materia cinematográfica, el 2012 abre con un estreno nacional. La próxima semana (5 de enero) llega a la cartelera local la cinta Bombal, de Marcelo Ferrari (Subterra), que narra parte de la vida de una de las mujeres chilenas más destacadas de la literatura ibeoramericana.
Bombal se enfoca en los años más atormentados de la escritora viñamarina, ligados a su obsesión por el aviador Eulogio Sánchez, por quien intenta suicidarse y al que termina disparando a la salida del hotel Crillón en 1941.
La actriz Blanca Lewin asume el protagónico de la creadora de La Amortajada. Gran lectora de Valéry, Baudelaire y Verlaine; admiradora del Fausto, de Goethe y de Schiller. Amiga de Pablo Neruda, Federico García Lorca, Luigi Pirandello y Jorge Luis Borges, entre otros. De ella éste último dijo: "será nombrada cuando se recuerden los mejores nombres de la literatura latinoamericana. El hecho es tanto más notable si tenemos en cuenta la brevedad de su obra, que no corresponde a ninguna escuela".
Lewin aceptó interpretar la tragedia y complejidad de una "extravagante resignada".
- ¿Con cuál de las sobresalientes características de la escritora te quedas y por qué?
- Creo que, sobre todo, con su talento desbordante y con su capacidad de adelantarse a una época a través de la escritura, de romper con lo establecido. Aparte de todas sus desventuras, defectos, dolores, me parece que lo que nos queda de ella, finalmente, es su breve pero intenso y riquísimo legado.
- Personificar a María Luisa Bombal es un asunto serio. ¿Afloraron algunos miedos?
- Por supuesto, siempre está el miedo de no hacer una interpretación fiel a lo que ella era realmente, o al menos al imaginario colectivo que existe sobre su persona. Una cosa muy liberadora en ese sentido es pensar que una interpretación es exactamente eso, que está cruzada por el cuerpo, la voz y las emociones de un actor específico y, en el cine sobre todo, por la mirada del director y lo que él quiere decir de ese personaje. Eso me tranquiliza muchísimo.
- ¿Cuál fue tu primer acercamiento a su obra?
- En el colegio, como todo el mundo, parte del material obligatorio de lectura escolar fue para mi La Última Niebla.
- De todas tus incursiones en cine, este parece ser tu rol más maduro, ¿cómo quedaste tras la filmación?
- ¡Agotada! (risas). Fueron semanas intensas de trabajo, por lo que emocionalmente también estuve exhausta. Bombal sufría mucho, porque le tocó, porque quiso y lo buscó o por mala suerte, como quieras. Y todo eso cansa. No sé si es mi rol más maduro, creo que he interpretado a mujeres más maduras emocionalmente que María Luisa. Ahora, si te refieres a mi madurez como actriz, bueno, es lo que esperaría, que cada uno de mis trabajos fuera más maduro que el anterior.
- En un comienzo, Bombal sería un telefilme para TVN, ¿qué ocurrió que ahora es película?
- Por asuntos de extensión, entiendo que se iba a mostrar en dos capítulos y por eso creo que se generó cierta confusión y alguien pensó que se trataba de una miniserie. Siempre se trató, al menos para mí, de una película, originalmente pensada para televisión, pero que aparentemente les gustó tanto que ameritaba estrenarse en la pantalla grande.
Bombal se enfoca en los años más atormentados de la escritora viñamarina, ligados a su obsesión por el aviador Eulogio Sánchez, por quien intenta suicidarse y al que termina disparando a la salida del hotel Crillón en 1941.
La actriz Blanca Lewin asume el protagónico de la creadora de La Amortajada. Gran lectora de Valéry, Baudelaire y Verlaine; admiradora del Fausto, de Goethe y de Schiller. Amiga de Pablo Neruda, Federico García Lorca, Luigi Pirandello y Jorge Luis Borges, entre otros. De ella éste último dijo: "será nombrada cuando se recuerden los mejores nombres de la literatura latinoamericana. El hecho es tanto más notable si tenemos en cuenta la brevedad de su obra, que no corresponde a ninguna escuela".
Lewin aceptó interpretar la tragedia y complejidad de una "extravagante resignada".
- ¿Con cuál de las sobresalientes características de la escritora te quedas y por qué?
- Creo que, sobre todo, con su talento desbordante y con su capacidad de adelantarse a una época a través de la escritura, de romper con lo establecido. Aparte de todas sus desventuras, defectos, dolores, me parece que lo que nos queda de ella, finalmente, es su breve pero intenso y riquísimo legado.
- Personificar a María Luisa Bombal es un asunto serio. ¿Afloraron algunos miedos?
- Por supuesto, siempre está el miedo de no hacer una interpretación fiel a lo que ella era realmente, o al menos al imaginario colectivo que existe sobre su persona. Una cosa muy liberadora en ese sentido es pensar que una interpretación es exactamente eso, que está cruzada por el cuerpo, la voz y las emociones de un actor específico y, en el cine sobre todo, por la mirada del director y lo que él quiere decir de ese personaje. Eso me tranquiliza muchísimo.
- ¿Cuál fue tu primer acercamiento a su obra?
- En el colegio, como todo el mundo, parte del material obligatorio de lectura escolar fue para mi La Última Niebla.
- De todas tus incursiones en cine, este parece ser tu rol más maduro, ¿cómo quedaste tras la filmación?
- ¡Agotada! (risas). Fueron semanas intensas de trabajo, por lo que emocionalmente también estuve exhausta. Bombal sufría mucho, porque le tocó, porque quiso y lo buscó o por mala suerte, como quieras. Y todo eso cansa. No sé si es mi rol más maduro, creo que he interpretado a mujeres más maduras emocionalmente que María Luisa. Ahora, si te refieres a mi madurez como actriz, bueno, es lo que esperaría, que cada uno de mis trabajos fuera más maduro que el anterior.
- En un comienzo, Bombal sería un telefilme para TVN, ¿qué ocurrió que ahora es película?
- Por asuntos de extensión, entiendo que se iba a mostrar en dos capítulos y por eso creo que se generó cierta confusión y alguien pensó que se trataba de una miniserie. Siempre se trató, al menos para mí, de una película, originalmente pensada para televisión, pero que aparentemente les gustó tanto que ameritaba estrenarse en la pantalla grande.
Fuente: La Hora