Segura, participativa…”una niña feliz”. Así describe la actriz Blanca Lewin a Marina, su única hija con el cantautor Leo Quinteros, hoy de poco más de dos años, que cambió sus prioridades y rutinas para siempre y está criando sin aprensiones, para adaptarse al mundo. En esta tarea y debido a sus cambiantes horarios, se turnan y dividen en pareja.
También columnista, activista de Chileactores, conductora radial, twittera y bloggera, Blanca nos cuenta cómo ha sido la maternidad para ella, desde que se enteró al segundo mes de gestación, mientras grababa la exitosa teleserie “Lola”. “Venía de un periodo súper intenso, por lo tanto ya tenía definido que quería descansar, así es que todo calzó perfecto. Estuve tranquila, fue una experiencia agradable y relajada. Todo se dio muy natural”, comenta.
Cuando llegó el momento de las contracciones un día de verano a las 12 de la noche, Blanca prefirió no correr de inmediato al hospital y hacer parte del trabajo de parto en la comodidad de su casa viendo una película. Y fue curiosamente una técnica actoral lo que le permitió manejar el dolor. “Justo coincidió con la lectura de un libro que me sirvió mucho, sobre la técnica actoral Alba Emoting, que tiene que ver con trabajar las emociones a partir de las características físicas con que se expresan, como la respiración. Cuando vienen las contracciones, y eres mamá primeriza, no sabes cuándo viene la próxima, ni cuánto te va a doler, y todo eso se traduce en una reacción física. Descubrí que, si te logras salir de la emoción del miedo, tus músculos se relajan y el dolor es menor”, relata.
Blanca cuenta que disfrutó mucho el periodo de lactancia, que duró hasta los seis meses. “Es parte fundamental no sólo del desarrollo, sino también de la relación que uno establece con ellos, es muy real. Todo ese primer periodo en que se está amamantando es un periodo exquisito y sólo para disfrutarlo, porque estás alimentando tú misma a tu guagua, y porque estás generando desde muy temprana edad el vínculo más importante, la mayor muestra de amor posible y que la guagua es capaz de percibir y sentir”. “Cuando dejé de amamantar, fue una decisión propia porque iba a empezar a trabajar, igual con pena, porque es el momento en que la guagua empieza a adquirir más independencia”.
A Marina le gusta mucho pintar, disfruta los instrumentos musicales que hay en su casa, y le encantan los juegos de animales. “El papá es más como el amigo lúdico. Yo juego con ella en relación a las rutinas, como el momento en que va al baño, cuando se acuesta, cuando come. Leemos mucho juntas, pintamos, jugamos al dominó, o simplemente juegos inventados que tienen que ver con hacerse cosquillas, esconderse”, cuenta Blanca.
Como muchos niños y niñas de hoy, Marina ya está familiarizada con la tecnología. En un teléfono “Touch”, tiene su música, un montón de juegos y ve sus monos preferidos en Youtube, porque en la casa de Blanca no hay televisión.
Sobre su estilo de crianza, Blanca comenta que es muy poco aprensiva. “Soy de la idea de que el ser humano se tiene que adaptar a su medio ambiente y todo lo que hago tiene que ver con eso. Ella en general es súper participativa, no tiene problemas en términos sociales, cuando se ve pasada a llevar se defiende. Ahora estoy trabajando el tema de los celos, del cambio de atención, que detecté hace poco. Espero estarle dando una infancia infinitamente superior a la que yo tuve. Esa es la idea” reflexiona.
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También columnista, activista de Chileactores, conductora radial, twittera y bloggera, Blanca nos cuenta cómo ha sido la maternidad para ella, desde que se enteró al segundo mes de gestación, mientras grababa la exitosa teleserie “Lola”. “Venía de un periodo súper intenso, por lo tanto ya tenía definido que quería descansar, así es que todo calzó perfecto. Estuve tranquila, fue una experiencia agradable y relajada. Todo se dio muy natural”, comenta.
Cuando llegó el momento de las contracciones un día de verano a las 12 de la noche, Blanca prefirió no correr de inmediato al hospital y hacer parte del trabajo de parto en la comodidad de su casa viendo una película. Y fue curiosamente una técnica actoral lo que le permitió manejar el dolor. “Justo coincidió con la lectura de un libro que me sirvió mucho, sobre la técnica actoral Alba Emoting, que tiene que ver con trabajar las emociones a partir de las características físicas con que se expresan, como la respiración. Cuando vienen las contracciones, y eres mamá primeriza, no sabes cuándo viene la próxima, ni cuánto te va a doler, y todo eso se traduce en una reacción física. Descubrí que, si te logras salir de la emoción del miedo, tus músculos se relajan y el dolor es menor”, relata.
Blanca cuenta que disfrutó mucho el periodo de lactancia, que duró hasta los seis meses. “Es parte fundamental no sólo del desarrollo, sino también de la relación que uno establece con ellos, es muy real. Todo ese primer periodo en que se está amamantando es un periodo exquisito y sólo para disfrutarlo, porque estás alimentando tú misma a tu guagua, y porque estás generando desde muy temprana edad el vínculo más importante, la mayor muestra de amor posible y que la guagua es capaz de percibir y sentir”. “Cuando dejé de amamantar, fue una decisión propia porque iba a empezar a trabajar, igual con pena, porque es el momento en que la guagua empieza a adquirir más independencia”.
A Marina le gusta mucho pintar, disfruta los instrumentos musicales que hay en su casa, y le encantan los juegos de animales. “El papá es más como el amigo lúdico. Yo juego con ella en relación a las rutinas, como el momento en que va al baño, cuando se acuesta, cuando come. Leemos mucho juntas, pintamos, jugamos al dominó, o simplemente juegos inventados que tienen que ver con hacerse cosquillas, esconderse”, cuenta Blanca.
Como muchos niños y niñas de hoy, Marina ya está familiarizada con la tecnología. En un teléfono “Touch”, tiene su música, un montón de juegos y ve sus monos preferidos en Youtube, porque en la casa de Blanca no hay televisión.
Sobre su estilo de crianza, Blanca comenta que es muy poco aprensiva. “Soy de la idea de que el ser humano se tiene que adaptar a su medio ambiente y todo lo que hago tiene que ver con eso. Ella en general es súper participativa, no tiene problemas en términos sociales, cuando se ve pasada a llevar se defiende. Ahora estoy trabajando el tema de los celos, del cambio de atención, que detecté hace poco. Espero estarle dando una infancia infinitamente superior a la que yo tuve. Esa es la idea” reflexiona.
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